Sumak Kawsay: Un emprendimiento con amor por las abejas y otros polinizadores

Nos encontramos con Ysa (Ysabel Calderón) en el aeropuerto de Chiclayo, donde gentilmente nos viene a recoger, y de ahí partimos hacia un recorrido del bosque seco de las montañas de Chiclayo, superando el Santuario Histórico Bosque de Pómac y  yendo en dirección a Motupe y luego ingresando a un desvío que es la ruta a Salas en dirección a Incahuasi.

En julio el paisaje es seco, con la naturaleza en aparente descanso, casi como si tomara una siesta en su infinito trabajo de mantener vivo nuestro planeta, tarea infatigable que en años recientes hemos hecho más difícil con nuestro modo destructivo de usar (y no de acceder) a los recursos.

“Aquí antes solía llover más seguido y esta parte estaba todavía cubierta de verde en julio” nos comenta Ysa mientras pasamos rápidamente Salas, en el auto conducido bajo la guía experta de Segundo. A la vez que los caminos se vuelven más estrechos y accidentados, aumenta la interacción de Segundo con las personas que encontramos: saluda con el claxon a los autos que vienen en sentido contrario, luego se detiene a conversar brevemente con ellos y con los pasajeros de motos que pasan cada vez más frecuentemente a nuestro lado. Estamos yendo hacia un lugar en donde todos se conocen, en donde la labor de Ysa es conocida y reconocida, aunque esto no signifique que reciba el apoyo que necesita.

“Estoy probando este nuevo equipo de GPS que he recibido hace poco. Gracias a él podré georeferenciar las colmenas de abejas nativas que estoy estudiando”, nos dice Ysa emocionada mientras caminamos bajo los faiques hacia las colmenas de abejas nativas que meticulosamente cuida y estudia. Estas variedades de abejas nativas, pobladoras de este bosque seco desde tiempos ancestrales, son para Ysa lo que las tortugas de las Galápagos fueron para Darwin: su adaptación y variedad pueden ser la linfa que mantiene vivo el bosque seco y su preservación es indispensable para la vida misma de este ecosistema.

Colmena de abejas

Ysabel Calderón es una científica graduada en la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. Ella es bachiller en Ingeniería Química y desde el año 2017 trabaja en la conservación de las abejas y otros polinizadores por la conservación de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura en la zona norte del Perú. Es la fundadora de Sumak Kawsay, un emprendimiento que se dedica a investigar y preservar las especies de abejas apis mellifera y abejas nativas, comercializa la miel producida de manera natural, panela y semillas agroecológicas como emprendimiento para subvencionar las investigaciones y reforestación que realiza en dicha zona.

La miel de las abejas nativas sin aguijón (tribu meliponini y trigonini) son un valioso producto de las abejas con una larga tradición de consumo en las comunidades originarias de los países situados en la región pantropical (tropical y subtropical), a la que se le atribuyen varios usos medicinales. Debido al escaso conocimiento sobre el producto, la miel de dichas abejas no está incluida en los estándares internacionales de miel, como la norma del Codex Alimentarius, que se aplica a “todas las mieles producidas por abejas Apis mellifera” (Norma para la miel, CXS 12-1981, revisada en 2019).

Poniendo trampas para abejas

Sin embargo, los estudios de este tipo de miel y sus efectos benéficos siguen adelante. Por ejemplo, en el 2020, la revista Nature publicó un artículo científico donde al analizar las muestras de miel de cinco especies de dichas tribus de abejas, se detectó presencia de Trehalosa en mayor proporción en estas mieles; dicho disacárido está asociado con la salud por sus beneficios, debido a su actividad antidiabética y acariogénica, y bajo índice glucémico.

Visión 2050 ha identificado en los beneficios para la salud de este tipo de miel, así como en el potencial que estas grandes obreras polinizadoras ejercen su acción, un modo importante de regenerar el bosque seco del norte de Perú – actualmente un ecosistema en peligro-, a la vez que brindar servicios ecosistémicos a la población local y contribuir a su desarrollo sostenible.

Colaboración